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miércoles, 3 de octubre de 2012

Cuando llueve - Por Ricardo Zelarayán


Cuando llueve, ¿quién se moja más? ¿El que corre o el que camina despacio? Adivina adivinador. ¿Nunca se sabrá?
Cuando llueve, el mosquito se moja menos que el elefante, y la mosca menos que el tigre y que las pulgas del tigre. Pero, ¿qué no daría el mosquito por tener la sombra de un elefante y la mosca la sombra de un tigre?

Cuando llueve, nadie quiere mojarse pero todos se mojan, menos los que consiguieron ponerse debajo de algo, techo o paraguas, que son casi todos. Así no vale.
Cuando llueve, el árbol que hace sombra de sol, hace sombra de lluvia
Cuando llueve, no se puede volar o se vuela menos. Y los pájaros buscan un árbol frondoso o un alero, porque nadie les enseñó a cubrirse con las alas.
Cuando llueve, a los mares o a los ríos ni les va ni les viene, porque nunca se mueren de viejos. Las lagunas y los lagos no están tan seguros y, cuando llueve, sonríen encantados.

Cuando llueve, es la fiesta de los sapos. No hay mal que por bien no venga.
Cuando llueve, fracasa la casa que no podemos terminar, como el fuego al aire libre que no podemos encender.
Pero... cuando llueve, las gotas se dan al fin un baño de tierra.
Cuando llueve, tu pelo se moja mucho y tus ojos nada... porque están bajo techo.
Cuando llueve, no hay canto de pájaros.
Cantemos nosotros al ritmo del aguacero.
Cuando llueve, es mejor que sea en verano que en invierno, es cierto.
Pero... nunca se sabrá si se moja más el que corre o el que camina despacio.

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